4 de abril de 2025

Sociedad

Sociedad. Murió un guardia de seguridad en un boliche y no había desfibrilador, obligatorio por ley

Oscar tenía 56 años y sufrió un infarto tras un incidente con un cliente. En el boliche no había desfibrilador ni personal capacitado para emergencias.

La madrugada del miércoles en Makena, un boliche del barrio porteño de Palermo, terminó en tragedia. Oscar, un guardia de seguridad de 56 años, murió luego de sufrir un infarto tras recibir una trompada de un cliente al que intentaba desalojar. En el lugar no había desfibrilador ni personal capacitado para emergencias, elementos que habrían podido evitar la tragedia.

Una clienta inició maniobras de RCP mientras otros salían desesperados a buscar un desfibrilador, pero no había ni en el boliche, ni en un hotel cercano, ni en una estación de servicio de la zona. Según fuentes oficiales citadas por Clarín, la ambulancia llegó ocho minutos después y aplicó cinco descargas con su propio desfibrilador, sin éxito.

La Ciudad de Buenos Aires exige desde 2011 (Ley 4.077) que espacios con gran concurrencia cuenten con desfibrilador externo automático (DEA) y personal capacitado. Pero la norma no está reglamentada, por lo que no hay control efectivo ni sanciones. A pesar de una resolución del Ministerio de Salud en 2022 que creó un registro nacional de desfibriladores, la implementación sigue siendo dispar y deficiente.

Oscar trabajaba en boliches desde hacía años. Su muerte reaviva la discusión sobre la responsabilidad de los dueños de locales en garantizar condiciones básicas de seguridad, tanto para el público como para quienes trabajan en ellos.

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